Somos un grupo de hombres y mujeres cansados de ver la decadencia de Andalucía,  tanto en lo económico como en lo político y social. Por esa razón nos reunimos en la ciudad de Córdoba el 5 de octubre del 2019 para constituir la Plataforma Andalucía Viva.

   En  aquella reunión redactamos  un comunicado en el que expresamos nuestros temores y también la necesidad de que el pueblo andaluz despierte para conseguir una Andalucía realmente libre.

 A continuación tenéis el llamamiento que hicimos en el día y fecha señalado:

 A todas las andaluzas y andaluces de nuestros pueblos, ciudades y comarcas:

Tras casi cuarenta años de la llamada “autonomía”, Andalucía se mantiene a la cola de todas las comunidades del estado español en nivel de empleo y condiciones de trabajo, renta por habitante o gasto en Sanidad, Educación y Vivienda pública. Nuestra juventud apenas tiene horizontes y muchos de nuestros jóvenes se ven forzados a emigrar como hicieron sus abuelos y abuelas. Nuestro territorio es utilizado para actividades extractivas que deterioran de forma grave el medio ambiente mientras el valor añadido se produce lejos de nosotros. También para bases militares y usos que en nada responden a la tradición andaluza de cultura de la paz. La desindustrialización es creciente y la economía gira, cada día más, en torno al turismo, convertido en monocultivo en nuestras ciudades históricas y en la costa; un turismo que deja aquí solo una pequeña parte de los beneficios, en forma de empleos precarizados y salarios de miseria, mientras pone en peligro nuestro patrimonio natural y cultural y nuestras propias formas de vida. Soportamos la vergüenza de que diez de los quince barrios más pobres del estado español sean barrios nuestros. Nada, o muy poco, se hace para contrarrestar los efectos del cambio climático. Y nuestros mares han sido convertidos, por la criminal política migratoria, en cementerios de esperanzas frustradas.

Nuestra identidad andaluza, enriquecida con las aportaciones de distintas culturas a través de la historia, se degrada y folkloriza al ser desactivadas sus significaciones profundas y su potencial liberador para ser convertida en mercancía.

A pesar de esta gravísima situación, los problemas de Andalucía (sus “dolores”, como los llamaba Blas Infante) están invisibilizados. Y es que Andalucía no existe hoy como sujeto político, a pesar de la profundización en la conciencia nacional que significaron el 4 de Diciembre de 1977 y el 28 de Febrero de 1980. Nuestro Pueblo no se autorreconoce como tal, porque ha sido anestesiado por quienes traicionaron el contenido liberador de aquellas dos fechas y las manipularon para conseguir réditos partidistas o personales.

Un grupo de andaluzas y andaluces, de distintos sectores sociales y procedencias, creemos que ha llegado la hora de decir ¡BASTA YA! a tanta dependencia, tanta degradación y tanta subalternidad. Es tiempo de que construyamos una Andalucía autocentrada, justa y solidaria. Una Andalucía que garantice a todas las personas la posibilidad de vivir dignamente y donde nadie sea considerado extranjero. Una Andalucía donde los valores centrales sean la equidad y la democracia en todas las relaciones sociales, sin clasismo, patriarcalismo, racismo ni discriminaciones de ningún tipo, y en la que no existan viejos ni nuevos caciquismos.

Una Andalucía con profundas raíces que nos permitan volar y con alas abiertas bajo las que encontrar arraigo. Una Andalucía que no se avergüence de sus mejores tradiciones ni permita la manipulación reaccionaria de estas, y que sea, a la vez, vanguardia de la creación artística y científica.

Desde estas premisas y con estos objetivos os llamamos a la construcción de una Andalucía a la vez nueva y orgullosa de su cultura milenaria, no sujeta a dominación interna ni a la de Madrid, Bruselas u otros centros de poder. No encadenada a la partitocracia gestionada por quienes tienen intereses muy alejados de los nuestros. Una Andalucía gobernada por sí misma, sabedora de dónde venimos, quiénes somos y qué queremos llegar a ser. Una Andalucía que se autorreconozca como Pueblo y sea capaz de construirse como tal al servicio de sus necesidades y aspiraciones colectivas y en solidaridad con todos los pueblos del mundo. Y que tenga voz política propia para reivindicar sus derechos, sin aceptar ventrílocuos que hablen por ella cuando en realidad la silencian o desfiguran.

Os llamamos a esta gran tarea de impulsar nuestra reconstrucción como Pueblo. Una tarea por la que lucharon y murieron Blas Infante, Javier Verdejo y Manuel José García Caparrós. La que soñaron Mariana Pineda, Federico, Cernuda, Carlos Cano, Diamantino García y Salvador Távora. La que debe dejar de ser un sueño para irse convirtiendo en realidad. Ello será posible si colectivamente nos lo proponemos. En esta tarea no sobra nadie, a nivel personal ni colectivo, a quien le duela Andalucía y su dramática situación actual y tenga la voluntad de luchar por los legítimos intereses de este Pueblo.

Llamamos a los movimientos sociales y mareas, a los colectivos y asociaciones de defensa de Derechos, a las entidades culturales, a todos los grupos andalucistas y a cuantas andaluzas y andaluces les duela Andalucía a incorporarse a la tarea. Al igual que Blas Infante, no tenemos como objetivo crear un partido sino algo más ambicioso y, a la vez, difícil: ayudar a que el PUEBLO ANDALUZ despierte.

En lo inmediato, llamamos a expresar públicamente esta voluntad de reafirmación como Pueblo el primer domingo de diciembre, en Córdoba, conmemorando el 4-D, Día Nacional de Andalucía, allí donde se publicó, hace cien años, el Manifiesto de la Nacionalidad y surgió el grito de “Viva Andalucía Libre” en una manifestación de trabajadores del campo. También a través de actos y otras actividades en nuestras ciudades y pueblos que activen los objetivos de esta plataforma civil, que tiene aspiraciones de permanencia y de integrar a los andaluces y andaluzas de conciencia dispuestos a la tarea de despertar a Andalucía.

Desde Córdoba para Andalucía, 5 de octubre de 2019.

PLATAFORMA ANDALUCIA VIVA

 

Nerva, está recibiendo estos días una parte de las 110.000 toneladas de residuos peligrosos que está previsto que lleguen desde Montenegro y que aumentarán el deterioro de la vida de una comarca que viene sufriendo secularmente las consecuencias más crudas del extractivismo minero, a las que hace décadas se añadieron los costes que se derivan de lo que viene a ser la otra cara del extractivismo: el papel de basurero del Estado y ahora también de la Unión Europea. Nerva es hoy un paradigma de los rasgos definitorios de la realidad socioeconómica de Andalucía, marcada de manera fundamental por su posición como área de extracción y de vertidos. Un papel que se ha venido reforzando en las últimas décadas con el apoyo y la complicidad del sistema político, del Estado y sus instituciones.

El vertedero de Nerva fue concebido, propiciado e impuesto hace más de 25 años por el PSOE, que entonces gobernaba en la Junta de Andalucía y en La Moncloa, con una importante colaboración de las dos grandes organizaciones sindicales, CCOO y UGT, localizándose a 700 metros del pueblo y a 500 metros del cauce del río Tinto, al que llegan lixiviados tóxicos, y a un kilómetro del embalse Jarrama, que abastece de agua a los municipios de la cuenca minera. Su origen está en los años 90 cuando en Huelva se programó, para los residuos del polo químico, un vertedero que fue adquirido y usado ilegalmente por la empresa pública de la Junta EGMASA, en el que se descubrieron residuos radioactivos contaminados con CESIO 137 que, fundidos por ACERINOX, procedían de un hospital de Londres. Con este motivo una sentencia del Supremo acabó declarando nulo el decreto de la Junta para la creación de EGMASA. Ante este obstáculo, la Junta miró hacia Gibraleón, que se levantó en contra de la instalación de un vertedero, que finalmente se terminó localizando, con la oposición de gran parte de su población, en el municipio de Nerva. Desde entonces se vienen denunciando por parte de los movimientos sociales que se oponen al vertedero incumplimientos en el volumen de residuos, en las condiciones y en la clase de vertidos, accidentes en el transporte y emisiones de humos, polvo y malos olores que ponen el peligro el medio ambiente y la salud de los habitantes de la cuenca minera. Hoy los residuos peligrosos siguen llegando a Nerva con el informe positivo del PP de la Junta y la autorización del gobierno de coalición liderado por el PSOE en Madrid.

El mismo partido, el PSOE, que inauguró en 1992 las actuales instalaciones del vertedero de residuos radiactivos de El Cabril en Hornachuelos (Córdoba) y que ahora desde el gobierno “progresista” de coalición propone su ampliación al doble de su capacidad actual ante el cierre y desmantelamiento de las centrales nucleares existentes dentro del Estado, sin que ninguna de ellas se localice en Andalucía. El mismo gobierno, PSOE, IU y Podemos, que como solución a los 120 millones de toneladas de residuos peligrosos depositados durante 40 años en 1200 ha a 500 metros de asentamientos urbanos de la ciudad de Huelva, considerado como el vertedero industrial más importante de Europa, ha aprobado la propuesta de la empresa responsable, Fertiberia, de enterrar y no retirar los residuos tóxicos; una propuesta rechazada por un comité de científicos en el que participan el CSIC y las Universidades de Granada, Cádiz y Huelva. La Junta de Andalucía participa en este despropósito facilitando la Autorización Ambiental Integrada, que se está tramitando en estos días con la oposición de la Plataforma No al Proyecto de Fertiberia liderada por Mesa de la Ría.

En Andalucía, en el conflicto abierto entre el capital y la vida, los gobiernos liderados por el PSOE o el PP en Madrid y/o en la Junta de Andalucía se sitúan sistemáticamente al servicio del proyecto del poder de las élites corporativas, que en el caso de la realidad andaluza significa ahondar en el extractivismo y en el papel de cloaca del Estado y la Unión Europea que venimos desempeñando, alimentándose desde el sistema político nuestra dependencia económica, nuestra subalternidad política y nuestra alienación cultural.

 ANDALUCÍA VIVA se solidariza con los movimientos sociales que vienen oponiéndose al vertedero de residuos peligrosos de Nerva y se suma a sus reivindicaciones, en particular la que exige su cierre inmediato. Al mismo tiempo queremos subrayar que la transformación que hoy necesita Andalucía no puede venir de las instituciones económicas y políticas de la globalización ni del actual sistema de partidos. Tendrá que ser obra de la sociedad civil organizada, del propio pueblo; de ahí la importancia y la necesidad de fortalecer nuestra conciencia y nuestra capacidad de organizarnos colectivamente para crear las condiciones que nos permitan el tránsito de una economía para alimentar el lucro y la acumulación de capital a una nueva economía centrada en la sostenibilidad y el cuidado de la vida. Para poder hacer realidad este tránsito hacia otras formas de vida construidas desde abajo sobre valores y vínculos comunitarios es imprescindible contar con el control de los procesos de toma de decisiones, hoy cada vez más lejos de Andalucía; autogobierno y soberanía para decidir sobre los asuntos que nos incumben.

Plataforma Andalucía Viva.